El tiempo que nos quede
Este poemilla fue premiado el pasado día 7 de abril en el concurso que organiza anualmente la fundación "Mejora" de Vitoria-Gasteiz.
El tiempo que nos quede
será una fiesta permanente de otoño en primavera,
festín de uvas y cerezas, labio a labio, libando
cada día que el sol nos alumbre,
cada noche que embruje la luna,
mieles de mil aromas y sabores,
de la rosa al romero,
del espliego a tu boca.
Las horas compartidas
nos mecerán como la espuma
en olas estivales, del azul a la arena
en vaivén ascendente caracolas y peces de colores,
eterno mediodía centellea,
en fuga ya la bruma,
las sombras, los silencios, las ausencias.
El tiempo que no quede,
un remanso de paz donde esperarte;
cada día de nuevo reinventar
el matiz de tu voz en los susurros,
el incendio de luz de tu mirada.
Y el día del reencuentro
el tiempo no será ya referencia,
ni habrá nunca más dos, sólo una llama.