Habitantes del agua
Nacer tan solo así, al azar, un día
para un día morir así, ¡tan solo!
Aprender, zigzaguear, rozar el polo
y vuelta al ecuador del mediodía.
Poner proa al espejo de la isla,
a la nada, al noser, al ser yo mismo,
ignorar las sirenas del abismo,
anular mi pasión por encontrarme.
O dejar el timón, ceder el rumbo,
incierto caminar líquido y tibio
al albur de las brisas y los soles,
cederme, diluirme hasta perderme.
Perderte en mí, en mi sueño milenario,
encontrarme en tu pelo o tu mirada,
trazar de mí hacia ti la retirada,
soñar el mar en calma de recuerdo.
Vivir al fin de frente, y atisbando
la estela que diverge y se aproxima,
habitantes del agua o de la isla,
el azar en la popa, yo remando.
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