domingo, 20 de enero de 2008

Y si llega implacable, desnuda

Y si llega implacable, desnuda,
la sentencia del salto a la tiniebla,
¿Con qué luz escuchar? ¿Con quién, al cabo,
perderse en pleno día para siempre?

Acaso tú, silente, esperanzada,
sencillo monumento en mi frontera,
te agites y te vayas.
Será el camino inmenso, impracticable.

Queda entonces quedar. Y el ir quedando
a solas con tu sombra estremecida
dará a mi pie la levedad del ala.

Y si el marchar se impone, a duras penas
hasta acogerte estiraré la piel
antes de despertar la luz del alba.
(13 DE MAYO DE 1988)

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1 comentario:

JR dijo...

saludos de poesía...