domingo, 11 de febrero de 2007

Yo sé de horas enteras pendiente de un suspiro

Yo sé de horas enteras pendiente de un suspiro,
del más leve presagio o insinuación de ti.
Sé del morir pausado, ausente de agonía,
morir en mí tus vidas para nacerme en ti.

Sé de tardes azules, rojizas, cenicientas,
teñidas al capricho de tu imagen sonora,
sé de sombras y luces en tus ojos desnudos,
de aladas sinfonías al despertar la aurora.

Sé de ausentes paisajes en un puño cerrados
airosa geografía de sombra y de perfil.
Sé de ti. Tus montañas, tus ríos, tus llanuras;

todo un esquema en clave que aprendo lentamente.
Yo sé de horas eternas ante un papel hambriento
pintándote, labrándote, sintiéndote en mí.
(JUNIO - 1980)


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2 comentarios:

Inma dijo...

No he podido oír el archivo de audio. En otros poemas sí. Así que no sé cuál es el problema ¿Problema? ¿Para qué es la poesía, ser leída o para ser oída?
A mí casi me gusta más leerla. Cuando escucho un poema me quedo más lejos que cuando lo leo, mellega menos. La lectura en voz baja me permite releer estrofas, detenerme en un detalle... La voz introduce un nuevo elemento que, a veces, supone una barrera entre el lector y la esencia de las palabras. Claro que, otras veces, una buena recitación es un deleite.

felixanta dijo...

Gracias, Inma, por tu atención. Yo he probado el audio y sí ha funcionado, pero he tenido que pinchar dos veces para que se cargara e iniciara la reproducción.
Estoy de acuerdo con las apreciaciones que haces sobre el audio. Me viene a la mente el comentario socorrido de que ninguna película está a la altura del libro en el que se basa.
Pienso que el poema tiene que suscitar sentimientos, pensamientos... lo que sea, y que los añadidos pueden ahogar un poco esa capacidad de suscitar. A no ser que sean muy buenos, como montajes con música, imágenes adecuadas...
En algún momento he pensado en utilizar fondos musicales, acompañar con la guitarra... pero me da pereza por lo de siempre: hace falta tiempo.