jueves, 17 de febrero de 2011

Te espero

Te espero como espera la ola el vientecillo
para empezar a ser;
vaivén de pececillos, ondular permanente
mi barquilla, serena, se deja estremecer.

Tú me formas, me llamas, das vida a cada poro,
inventas mi nacer;
y descubro la estela de un camino dorado
en el oceano limpio y sereno de tu frente.

Cada voz, cada objeto que atisbo y sobrepaso
combate la distancia.
Ya casi me adivino, ser de bruma o de agua,
bajo tu sol flamante de este abril precursor.

Los relojes son labios que acarician las horas
de esta frágil ausencia,
de esta calma sin alas ni velas ni horizonte,
dominio del volver al tic-tac de tu mirada.

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